Viendo el cariz de histeria colectiva que observo a mi alrededor, no he podido resistirme a escribir sobre el tema del tan llevado y traído Corona virus.
Siendo objetivos y más allá de memes, chistes de peor o mejor gusto, pasotismo o diréctamente paranoias, el tema es grave.
Para mi, no tanto como enfermedad, si no como las secuelas y los daños colaterales que nos va a dejar.
He buscado el mejor relato que he leído en mi vida acerca de un tema así y no encuentro similitud más perfecta salvando las diferencias. ¿ Que puedo decir de uno de mis autores favoritos?
Pues que el ambiente claustrofóbico y las descripciones de toda la novela son una obra maestra.
En La Peste, de Camus, la enfermedad en la tranquila ciudad de Orán comienza con las ratas. De un día para otro las ratas empiezan a morir sin una causa aparente, simplemente salen de todas partes y se mueren escupiendo sangre y flemas.
Con las ratas mueren gatos y perros vagabundos, y más tarde las autoridades deciden matar a cualquier animal que se mueva sin un humano al lado con un collar y una placa de propiedad.
Luego caen las personas, al principio los más viejos y enfermos, aunque el narrador de la obra, el doctor Rieux tiene un paciente, un abuelete entrañable, español para más señas que sobrevive tan ricamente comiendo garbanzos como era su costumbre, mientras otras personas de su vecindario caen como moscas.
El nivel de mortandad se extiende por Orán y la enfermedad se lleva por igual a niños y adultos, hombres y mujeres, personal sanitario o delincuentes y prostitutas.
Lo mejor y lo peor, los niños o ancianos.Todos por igual enferman y mueren.
La ciudad se va acostumbrando a esos trenes que no salen de su estación, o los barcos que no se mueven del puerto a alta mar. A los tranvías al principio vacíos por el miedo al contagio, y más tarde atestados como siempre. A los cafés, cines y antros que recuperan el bullicio y a su público a medida que la enfermedad se instala como un huésped gorrón, que en teoría se quedaría unos días y al que acabas teniendo que echar.
El miedo, la paranoia, la tristeza y la impotencia de los médicos, entre ellos el propio protagonista, al que el aislamiento pilla con su esposa tuberculosa fuera de la ciudad, en un balneario curándose.
Irónicamente, el doctor sobrevive a la peste y su mujer muere lejos, en un tranquilo y aséptico lugar de sanación...Otra ironía del autor como la del español de los garbanzos.
¡Era un cachondo el bueno de Albert!
Al principio los ciudadanos se quejan y llevan mal las medidas de contención de las autoridades, pero a medida que los meses transcurren, la normalidad se instala y parece como si la enfermedad no existiera, pese a los crematorios, las cuarentenas y los cada vez más grandes hospitales de campaña.
La gente se ACOSTUMBRA a vivir con algo así. Normalizamos lo anormal porque es un mecanismo de defensa natural de nuestra mente.
Pasemos al famoso y publicitado hasta la náusea COVIV-19.
Aquí no ha habido animales muertos, ni por las calles ni por ninguna parte, cosa muy rara cuando hay una plaga como se supone que es esta.
En todas las pestes los animales han caído como las personas.
En esta, salvo las imágenes asquerosas de murciélagos en los platos, pangolines o cualquier porquería de la gastronomía china, yo no he visto que se haya contagiado ni muerto ningún animal, salvo los centenares de monos o ratas que a estas horas deben de estar siendo contagiados en los laboratorios que andan locos por forrarse con la vacuna.
Tampoco he visto gente desmayándose o muriendo por la calle.
Bien mirada, las cifras de muertos son irrisorias y si no fuera por el bombo y platillo mediático, a todas horas y casi al minuto, las cifras son menores que a otras gripes de las que nos tocan cada invierno.
Gente que da falsos positivos, negativos, super contagiadores y asintomáticos...No estáis un poco hartos del machaque a todas horas?
He oído aberraciones comparativas entre el Coviv y la Gripe Española, o el cólera.
¡He flipado!
Se trata de una gripe que se contagia tal vez un poco más que las gripes habituales.
Se mueren los ancianos o enfermos crónicos o con las defensas hechas cisco.
Mi madre tiene las tres y la vacunan contra la gripe cada año. Igual que se hace en España con estos grupos de riesgo.
Supongo que los vacunarán por algo...¿Qué diferencia hay con este?
Para mi una de las más grandes, es la repercusión mediática. Cada invierno si vas a las urgencias de cualquier hospital, la sala de espera está atestada de gente con fiebre, mocos, estornudos, o lo que es igual, La gripe de la cepa que sea, porque cada año es una diferente...¿Como esta, no?
Cada invierno mueren de neumonía muchos ancianos como mi madre, super medicados durante todo el año, vacunados y controlados simplemente porque están en esa franja de alto riesgo.
También se mueren muchos en verano por las olas de calor. En Francia un verano cayeron como moscas y no vi los telediarios machacando con eso ni a los franceses vaciando las estanterías de los supermercados.
Nos morimos, tenemos esa costumbre.
De estar vivos, mayormente.
Eso no significa que debamos ser pasotas. Pero esta histeria me parece ridícula.
Se anulan eventos, fiestas, concentraciones. Se ponen en cuarentena regiones, se cierran aeropuertos... Ni en Orán con las ratas muriendo por miles y los ciudadanos idem se llegó al grado de idiotez que estamos llegando.
Por cierto, he ido a comprar al Mercadona, y no quedaba papel de wc. Lo digo por si alguien tenía pensamiento de ir a comprarse 5 paquetes de 100 unidades.😋
Estanterías semi vacías, gente comprando como si esto fuera una plaga bíblica.
Camús habría tenido para un libraco con la Europa asustada, manejable, manipulable y completamente descerebrada de hoy día.
Los daños colaterales: La economía.
China que se comía al resto del mundo, de repente se le frena la expansión y los gastos de esta enfermedad le van a lastrar varias décadas, aunque teniendo en cuenta como se las gastan, lo mismo en dos años adelantan lo que han perdido hasta el momento.
Europa, que de repente cae de nuevo bajo mínimos.
En España la evidencia del desastre que se hizo con la sanidad pública.
Me pregunto si privatizar y abaratar o malversar la sanidad de un pais, se podria penar como crimen contra lesa humanidad
Me pregunto cuantos derechos laborables y sociales adquiridos en el pasado vamos a ceder para " pagar" la factura de esta peste de pacotilla.
La de vacunas y demás gastos que vamos a sufragar encantados de la vida a esos monstruos de las far-mafias que viven tan bien.
La de empresas medianas y pequeñas que quebraran si el circo se mantiene mucho tiempo.
Los transportes, los negocios de eventos, bares, restaurantes. Todo lo relativo al ocio.
Al contrario que en Orán, donde los ciudadanos atestaban los lugares de divertimento, para escapar aa la depresión de una cuarentena, nosotros en casa. Eso si, con la tv dando las cifras del conteo ridículo de decenas de nuevos infectados a cada momento y los nuevos fallecidos que no sobrepasan los cinco a diario... ¡Que plaga más cutre!
La pregunta es: ¿ Quien sale beneficiado de esto?
USA sin duda, que ve como el gigante asiático que se lo había comido de repente está en horas bajas.
Sin pegar un tiro y sin poner a trabajar a su única empresa que da beneficios millonarios, el ejército, se ve de repente líder mundial sin temor a que Rusia le haga frente en caso de ataque a uno de los países de su Eje del mal, por ejemplo Irán, al que el COVI ha atacado. Curiosamente, el virus se ha llevado en primer lugar por delante, a los tres peces gordos más importantes del régimen...ummm.
Imagino a los psiquiatras y sociólogos, a esa gente que estudia el comportamiento humano y cuyos estudios son utilizados lo mismo para vendernos lo que sea a través de tocarnos los puntos con la publicidad, o a vendernos a un " Lider" prefabricado.
Todo se puede vender, y todos tenemos un precio. El saberlo es lo que da el poder, y lo saben.
Las opiniones son manejables, los votos se pueden influenciar, los lideres pueden pasar de agradables a bolivarianos o terroristas, las gripes severas se pueden convertir en pandemias...
Camus en su novela habla del absurdo de la existencia.
Hagas lo que hagas no importa, porque no puedes cambiar nada.
No estoy de acuerdo.
Puedes pensar por ti misma, ver lo que te rodea, no lo que te tergiversan.
Decidir si vives instalado en el miedo, esperando cualquier desgracia y dispuesto a vender tu alma por unas migajas de irreal seguridad o afrontar la vida desde la responsabilidad, pero con inteligencia.
Por ahora y hasta que no vea las calles llenas de ratas muertas y a la gente como en el medievo agonizando o muertos en carretas por la calle, seguiré viviendo como hasta ahora.
Casi sin ver la tv y mucho menos a los Medios de Des-Información.
Saldré, bailaré, acudiré a eventos y compraré en Mercadona o el Dia para la semana en curso, auque tenga ciertas cosas en la despensa como siempre las he tenido.
Deseando que llegue el verano para ir a la playa, no para que el COVI pase a la historia como ya lo hizo la gripe A, la gripe Aviar etc. VIVIENDO.
En Orán el doctor Rieux visita al abuelo español de los garbanzos y observa que el viejo sigue en su cama, sonriente y sano, mientras miles no lo han contado.
El médico le pregunta por su estado y el viejo le contesta: Doctor, esperando a la muerte...Mientras llena una olla de garbanzos para comer.
¡Cuanta sabiduría en un acto tan cotidiano!
María Muñoz.
Terapeuta, Profesora & Coach en I.E.
Escritora.
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